Todo sampableño sabe que al norte después de las montañas de Bateros, está uno de los centros hidrográficos muy importante para el municipio, pues su nombre, lo dice todo “El ojo de agua” en la vereda de Bateros, límite con el departamento del Cauca; aquí nacen las principales fuentes que surten del preciado líquido a los acueductos del área urbana del municipio y de varios de los sectores rurales circundantes desde hace mucho tiempo atrás. Sobrada razón tiene el municipio entre otras entidades ambientales para haber adquirido buena parte de los terrenos aledaños a las fuentes de agua y de adelantar programas de reforestación y conservación del medio natural.
Ese fue el destino de un grupo de reporteros conformado por personal del Colectivo de Comunicaciones de San Pablo y del Fondo Mixto de Cultura de Nariño, con el propósito de recoger impresiones, imágenes y circunstancias para dar a conocer esa gran riqueza hídrica y su situación actual, coadyuvando, desde el punto de vista de la comunicación, con la búsqueda de soluciones a su problemática, y a generar conciencia sobre su protección y de su biodiversidad en este paraíso natural, un rinconcito del Macizo Colombiano.
Ese fue el destino de un grupo de reporteros conformado por personal del Colectivo de Comunicaciones de San Pablo y del Fondo Mixto de Cultura de Nariño, con el propósito de recoger impresiones, imágenes y circunstancias para dar a conocer esa gran riqueza hídrica y su situación actual, coadyuvando, desde el punto de vista de la comunicación, con la búsqueda de soluciones a su problemática, y a generar conciencia sobre su protección y de su biodiversidad en este paraíso natural, un rinconcito del Macizo Colombiano.
Cuando el verano arrecia, no deja de afectar la producción de agua, por eso el municipio desde ya ha volcado su mirada hacia otros sectores, no muy lejanos de “El ojo de agua” para solventar la necesidad del líquido en dichas épocas; se trata de los sectores cercanos al Cerro de La Campana; al respecto ya se aprobaron los recursos desde el alto gobierno de un macro proyecto para ampliar el acueducto del área urbana.
Un poco más sobre la gira… Se pensaba salir a las 7:00 a. m., asuntos pendientes, alguna dificultad, retrasaron la salida… salimos casi a la 10:00 a. m., pagando carrera, para alcanzar a recorrer el área, después, unos cuantos kilómetros a pie… imágenes van y vienen y juegan con nuestras cámaras y videograbadoras, se comenta un poco de historia del lugar y poco a poco llegamos a la primera bocatoma, está en el sector de El Cajeto, aquí hay problemas de deslizamientos por lo que la bocatoma se reubicó en un parte más alta. Nos reciben unos cuantos semovientes como queriendo contestar nuestra inquietudes; aire puro, el trinar de las aves, el colorido de la naturaleza, y hacia el horizonte la belleza del macizo, “esto es un regalo”, exclama Pedro Ayala, pero al ver la loma que debíamos atravesar para llegar a los demás nacimientos, como que lo piensa dos veces y escuda en su cámara el cansancio y el sofoco, creo yo… unos cuantos pasos más y una nueva toma o mejor, un nuevo descanso???, “Y eso vamos a subir?... ¡con mi estado físico de ajedrecista!, vuelve y exclama; tratamos de animarlo y proseguimos. Otros compañeros se pronuncian: “bueno que hubiéramos venido más, que el grupo fuera más grande…”, Por acá quisiera ver a Aidé o a sus compañeras de Acción Social…”
En un día no muy soleado, afortunadamente, un poco fresco por las lluvias de días y noches anteriores. Nos acercamos al Ojo de Agua, a la Jungla, al fondo por donde baja el arroyo, caídas resbalones, barro y casi nadamos, bastaría ver las imágenes de las películas para entender mejor esta hazaña, hasta que llegamos a las bocatomas, reflexiones, comentarios, un poco de historia y mucho más... Continuamos en descenso hacia otro sector, “La Palma”, las aves se hacen sentir como reclamando su espacio, la sed y un poco de hambre se sacian con unas cuantas pepas, “son charmolanes” y “saben rico” dijo Pedro quien hasta por celular comentaba la experiencia. Buscamos a los habitantes de la región, el fontanero nos da las primeras declaraciones junto a una inmensa roca al lado de la bocatoma… y los mosquitos que no me dejan concentrar en la entrevista.
Mi amigo del Colectivo, Albeiro, nos acerca a su casa, por fin el jugo y la sopa… qué descanso, claro que después hay más comida, nuevas entrevistas para conocer mejor la problemática del medio y de las fuentes de agua. Trabajo cumplido, ahora sí a “decolar” filo abajo, como dicen los habitantes de Bateros, en la cima de la loma, la mejor vista del pueblo, un poco cansados, llenos de barro, pero con el estomago lleno y la vista muy ocupada buscando la mejor imagen… así concluye esta gira, en el pueblo y satisfechos por haber recogido un importante material para un documental sobre el tema.
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